jueves, 27 de octubre de 2011

Un ciervo para Arnau



Estábamos viendo Heidi y en uno de esos capítulos hermosísimos en los que está Heidi con su abuelo, el  abuelo de Heidi al ver la inquietud de su nieta y preocupación por la alimentación de los ciervos en pleno invierno. El abuelo en una de esas tardes aburridísimas, inquietantes y productivas se pone a hacerle un ciervo de madera en un santiamén. Arnau miró con envidia el regalo del abuelito de Heidi y luego miró la foto de mi padre con tristeza y yo también por que mi padre es un artista tallando la madera...

Cogí mi neceser de manualidades naturales que siempre llevo al campo y fuimos directos al cesto de troncos de la terraza en busca y captura de un ciervo. Solo tallé la boca y los ojos y no es por pereza sino que me entusiasmó la idea de que se conservase en perfecto estado el encanto de la madera su textura y color que nos decía a gritos que era un ciervo corriendo por los prados. 


Para Arnau ya era un ciervo antes de acabar de tallar la madera, pero la ilusión que desprendieron sus ojos ante tal sencillo regalo, hicieron que la ramita cobrase vida y la magia de la naturaleza se apoderase de ella. Arnau colocó su regalo al lado de una estrella de madera que le regaló una amiga (Gabi) en el cabecero de nuestra cama que es suya también.

Estos días lluviosos y "aburridos" en el pueblo (mini vacaciones de 10 días) son un remanso de paz y sosiego que nos alimentará para el resto del "aburridísimo" invierno en Barcelona. Es curioso pero al contarnos Arnau y yo el resumen del día como hacemos cada noche me doy cuenta que no todos los días son iguales y menos en el pueblo. En un pueblo que solo viven 5 familias en invierno, ahora hay 8 familias y una de ellas tiene un  niño como Arnau que va al colegio en Soria, así que estamos muy solitos y muy agustito. Un día vemos los tractores que van a sembrar, otro día hace sol y paseando con la bicicleta nos encontramos un águila o un ciervo, otro día cogemos un caracol y lo dejamos suelto por el comedor y lo vamos buscando a ver que camino sigue, vamos a buscar piñas y troncos para la leña. Es entretenidísimo lavar a mano aunque haya lavadora y pensar si lloverá o no y donde poner la ropa para que se seque pronto, comer coles del huerto de unos amigos, las excursiones en el coche de la abuela... Puede que resulte aburrido según se mire, pero a nosotros nos parece un mundo amplio de posibilidades y cosas por hacer. Eso si, que el alcalde nos haya puesto wifi gratis facilita muuucho las cosas, claro.

2 comentarios:

  1. sencillamente hermoso!
    abrazos creativos ;-)

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  2. Disfrutad de esos días de calma y tranquilidad, seguro que estáis muy a gusto! El ciervo precioso, con margen para la fantasía e imaginación... ¡muy bonito! Saludos.

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